Incertidumbre es una de las palabras que más he escuchado , desde que comenzó la pandemia. Y aunque suene raro, mi opinión es que existe la misma incertidumbre que antes del Covid-19. La única diferencia es que hemos dejado de “dar por hecho”, y ahora somos conscientes de la incertidumbre en la que siempre hemos vivido.
CIERTO, significa que no se puede poner en duda.
INCIERTO (INCERTIDUMBRE) es aquello que podemos poner en duda.
La trampa del “DAR POR HECHO”, es creer que lo incierto es cierto, cuando no lo es.
Un ejemplo de ello era , cuando dábamos por ciertas la mayoría de nuestras rutinas cotidianas, incluso nos permitíamos el lujo de planificar el futuro, cuando al comprar unas entradas para ir al teatro, un mes antes, dábamos por hecho que asistiríamos.
Aunque a veces la vida nos recordaba que no era así, como ese día que llegabas tarde al trabajo por un atasco inesperado, o cuando por una indigestión no podías asistir a ese evento…
La incertidumbre , tiene mala fama. Se siente como algo negativo y nos inquieta. Cuando no podemos anticipar lo que ocurrirá en el futuro a corto, medio o largo plazo, sentimos angustia, ansiedad, miedo,… emociones que se alimentan del FUTURO. De nuestro empeño por resolver el enigma del “qué pasará”. Y al no tener una respuesta certera, reaccionamos con preocupación. Si quieres encontrar algo de certidumbre, hoy más que nunca , toca centrarse y atender a tu PRESENTE. Deja de
Pre-ocuparte, y Ocúpate.
Por tanto la pregunta no es, “qué pasará”?, sino, ¿qué me gustaría que pasara? ¿qué puedo hacer yo HOY para que el futuro sea más esperanzador? ¿con qué me voy a comprometer para estar activa y continuar creciendo? ¿cómo voy a transformar mi rutina para mejorar las cosas? las respuestas te llevarán a la acción, hoy mismo. Y aunque te inquiete, lo único cierto y real que podemos vivenciar es nuestro “aquí y ahora”, nuestro presente.
Si bien el “dar por hecho” , en el sentido de “anticipar” o “predecir” podría considerarse una capacidad que nos ahorra mucho tiempo y energía, nos engaña generando una falsa sensación de control.
Y es que , es sencillo caer en la tentación de ahorrar esfuerzos, implicación, de ahorrar tiempo, dedicación, compromiso, de ahorrar atención, presencia. Porque:
Si puedo hacer algo en la mitad de tiempo y esfuerzo, mejor no?,
Si puedo ver mi serie favorita , mientras miro el móvil , y “estoy” con mi pareja, mejor no?
Si mi hijo habla inglés , chino mandarín y toca el piano a los 6 años , mejor no?
Si puedo tener 7.580 amigos en Facebook que me regalan likes y llenan mi ego de gozo , (en lugar de los “pocos” amigos de siempre en el mundo real, que a veces me dicen lo que no me gusta oír) pues , mejor no?
Si puedo comer huevos y carne todos los días , (aunque eso implique un trato deplorable a esos animales para saciar nuestros antojos), pues mejor no?
Si ante un dolor de espalda ,me puedo tomar un antiinflamatorio que me calma en 15 minutos, ( en lugar de hacer pilates durante una hora, tres veces por semana ) , pues mejor no?
Si puedo tener 3 citas en una semana , en lugar de tener una al mes, mejor no?
Y lo sentimos como mejor , Porque nos hemos creído que “Más”, “Antes”, “Rápido”, “Siempre”, “Todo” , “likes” … son conceptos valiosos.
¿Recuerdas : “menos es más”, “lo bueno se hace esperar“, “ a fuego lento sabe mejor” , “mejor calidad, que cantidad” …?
Vivimos en estado de prisa . Y esa prisa nos hace poner nuestro foco de atención en el futuro, y nos deja ciegos en nuestro presente. Como ya nos contó Saramago en su “Ensayo sobre la ceguera”, no es buena cosa.
Pero, si por el contrario , eres de los que considera que merece la pena vivir sin prisas, y sabes que para recoger, primero hay que sembrar , puede que hayas aprendido , que no basta con poner cualquier semilla bajo la tierra. Que primero hay que elegir bien la semilla que realmente quieres cultivar (no vayas a plantar patatas cuando lo que quieres son cebollas); después hay que regar, abonar, atender, y confiar en que la naturaleza siga su curso. Y cuando llegue el momento, no antes, recogerás los frutos.
Metáforas a parte , intentaré ir al grano.
En estos meses de pandemia , he tenido la oportunidad de darme cuenta y ser más consciente de algunas cosas, a saber:
La vida en la tierra es muy inestable, y si no cambiamos YA el rumbo de nuestros actos, la vida, como la entendemos hoy, no será viable . (no des por hecho la vida, cuídala)
Las personas nos creemos fuertes y resistentes , pero ante un nuevo virus, todos somos vulnerables. (no des por hecho la salud, cultívala)
Somos demasiados y los recursos son finitos, sería bueno plantearse un cambio en nuestros hábitos alimentarios. (no des por hecho el alimento, sé responsable)
El caos es más posible de lo que parece (no des por hecho el orden y el equilibrio, foméntalo)
El sistema político es corrupto, mientras sea así (no des por hecho el Honor, practícalo)
Los abrazos y los besos, son importantes, necesarios, y hoy escasean (no des por hecho el contacto, aunque sea en la distancia, conecta )
Las creencias, las ideas y nuestro modo de actuar, puede separar a personas que se quieren (no des por hecho la confianza y la amistad, aprende a escuchar y a aceptar diferencias) .
Nuestro sistema sanitario se está destruyendo. Los sanitarios son personas , y están saturados y agotados (no des por hecho su adecuada atención, entiendelos)
La sociedad y las opiniones se radicalizan y se extreman. (no des por hecho la empatía, da ejemplo )
Las cifras y los números que nos dan diariamente son manipulados (no des por hecho la verdad ni la transparencia, no caigas en la opinión fácil y sin filtrar)
En circunstancias extremas , todos podemos ser lo mejor y lo peor. (no des por hecho que te conoces lo suficiente, obsérvate)
Nuestros mayores han sido desprotegidos y maltratados (no des por hecho el respeto y el amor. Quiérelos)
La maldad existe, (no des por hecho la bondad, sé bondadoso)
Los errores tienen consecuencias ( no des por hecho que todo se arreglará por sí sólo, hazte cargo de tu parte)
Creo que parte de lo que está ocurriendo es fruto de haber dado por hecho que esas “semillas” crecerían solas , sin esfuerzo ni implicación individual. Que recogeríamos frutos, dejando la cosecha en manos de otros. Ahora ya intuimos las consecuencias. Y si esta vez nos comprometemos cada uno de nosotros con acciones concretas, con hábitos responsables, con valores nobles que hagan de este mundo un lugar mejor?
Somos lo que pensamos, lo que sentimos y lo que creemos , pero también somos lo que hacemos. No tenemos mucho tiempo, pero aún tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo de este barco. te apuntas a remar ?
No lo des por hecho, HAZLO.
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